Ruinas arqueológicas de Tlatelolco en Ciudad de México, museo
Ruinas arqueológicas de Tlatelolco en Ciudad de México, hablar de Tlatelolco es hablar de memoria, recuerdo e historia. En lo que en su día fue una de las principales ciudades prehispánicas y cuyas ruinas arqueológicas visitamos hoy, se produjo uno de los hechos más tristes recordados, la matanza de Tlatelolco. La Plaza de las Tres culturas sigue aún hoy reflejando el simbolismo y convergencia de tres etapas importantes en la historia de México: la prehispánica, la colonial y la contemporánea.
Historia
La masacre de Tlatelolco
La masacre de Tlatelolco geolocalizó, para desgracia de sus habitantes, a Ciudad de México en el punto de vista informativo mundial. Ese año los ciudadanos de muchos puntos del mundo reivindicaban los derechos esenciales de la democracia. En Francia el mayo francés impulsó una ola de lucha pacífica. En Checoslovaquia, Praga lideró un movimiento de reclamación de la libertad contra el férreo corsé comunista. Y en América Latina ese tsunami se propagó con grupos de estudiantes y trabajadores que reclamaban cambios y reformas. El Consejo Nacional de Huelga (CNH) organizó todas las protestas posteriores contra el gobierno desde agosto del 68. Reclamaban básicamente cambios en la jefatura de la policía y la derogación de una ley que penaba con cárcel la disidencia política.
La campaña de guerra sucia del presidente de México Gustavo Díaz Ordaz contra sus opositores derivó en uno de los episodios más tristes de la historia reciente de Latinoamérica. Los militares y policías descargaron toda la fuerza de sus armas sobre la población que se manifestaba el 2 de octubre de 1968 en la Plaza de las Tres Culturas de Tlatelolco en la Ciudad de México.
Al grito de “¡No queremos olimpiadas, queremos revolución!”, más de diez mil personas se congregaron e la explanada. Pese a que el gobierno y los medios de comunicación argumentaron que fueron los manifestantes en iniciar las hostilidades y disparos, se ha demostrado que la participación de un Batallón denominado Olimpia fue el detonante. Esta agrupación estaba formada por fuerzas especiales de la guardia presidencial, quienes abrieron fuego desde los edificios que rodeaban la plaza. Las estimaciones cifran la cantidad de muertos real oscilan entre 300 y 400, pero la censura del gobierno minimizó y ocultó la información real sobre la masacre.
Diez días después comenzaron los Juegos Olímpicos de México de 1968 que no consiguieron cubrir el recuerdo de la masacre de Tlatelolco.
Tlatelolco sufrió como el resto de Ciudad de México el brutal terremoto la mañana del 19 de septiembre de 1985. El seísmo de 8.5 grados Richter se cebó en esta parte de la ciudad con el derrumbe de la unidad habitacional de Tlatelolco, justo frente a la Plaza de las Tres Culturas. Hoy nuestra visita sirve de testimonio para prolongar su memoria.
Estos son los mejores tours para visitar la Plaza de las Tres culturas y ruinas arqueológicas de Tlatelolco
Visita a las ruinas arqueológicas de Tlatelolco
Historia de Tlatelolco
Tlatelolco fue el época prehispánica el centro comercial más importante de las culturas mexicanas. El nombre parece derivar del náhuatl Tlatelli, “lugar de la terraza de tierra”, o Xaltilloli, “punto arenoso” o “en el lugar del montón de arena”.
Aún hay dudas de si la fundación del asentamiento mexica de Tlatelolco es previa a Tenochtitlan -las crónicas se refieren al año 1338 por parte de tlatelolcas, tribu Mexica que se separó de los tenochcas-, pero su historia corrió pareja la mayor parte del tiempo. Mientras en Tenochtitlan se dirimían las decisiones políticas, Tlatelolco sirvió como punta de lanza de las campañas militares en la expansión mexica. A partir de 1428 los aztecas trasladaron el mercado a Tlatelolco y pese al equilibrio de poderes entre las dos ciudades, en 1473 se produjo un conflicto bélico que se decantó a favor de Tenochtitlan.
Convertido en un Gran Tianguis (mercado) para ambos núcleos, Tlatelolco bullía en actividad. Comerciantes llegados de todos los rincones de la actual república, e incluso de países de Centroamérica como Nicaragua tenían delegaciones que gestionaban la llegada y salida de mercancías. Sin duda en Tlatelolco se respiraba un ambiente cosmopolita. Los pochtecas formaban el gremio de vendedores y disponían de sus propias leyes jurídicas y comerciales.
Cuauhtémoc fue nombrado en 1515 señor de Tlatelolco, recuperando la importancia como centro comercial y ceremonial. Sin embargo, tras la llegada de los conquistadores españoles en 1519, y la muerte de Moctezuma Xocoyotzin (gobernante de Tenochtitlan), Cuauhtémoc fue nombrado señor de ambas ciudades, organizando la infructuosa resistencia de las ciudades. Tlatelolco fue el último reducto mexica frente a la conquista de los españoles.
Los conquistadores, siguiendo la línea de sumisión a la religión católica, levantaron sobre la ciudad mexica la iglesia de Santiago de Tlatelolco. En época del porfiriato a principios del siglo XX se llevaron a cabo algunas excavaciones y parte de los objetos hallados fueron enviados a España para celebrar el Centenario de la Independencia de México.
Las primeras excavaciones arqueológicas con rigor se iniciaron en 1944, y fue especialmente fructífera entre 1960 y 1968 cuando se logró recuperar 67 estructuras. El crecimiento urbano de Ciudad de México provocó que en 1964 que el Tecpan – la casa de gobierno del señorío indígena después de la Conquista española y donde, presumiblemente gobernó Cuauhtémoc- fue destruido parcialmente por las obras de la prolongación de la avenida Paseo de la Reforma y levantar tres torres de viviendas.
Recorrido – Qué ver en el recinto arqueológico de Tlatelolco
Hay más de sesenta estructuras identificadas en la zona arqueológica, contando altares, templos y plataformas con diferentes usos. Varias son de culto como los templos a deidades mexicas como Quetzalcóatl, Ehécatl y Huitzilopochtli.
ESTRUCTURAS
A lo largo del recorrido admiramos diferentes templos y edificios. Es frecuente, no solo en Tlatelolco, que los templos se superpongan sobre estructuras previas, de manera que funcionan como muñecas rusas que albergan en su interior los restos de etapas precedentes de construcción. Estos son algunos de las más importantes.
Templo de Ehécatl-Quetzalcóatl
Se distingue fácilmente el templo de Ehécatl-Quetzalcóatl por su planta mixta, combinando un cuerpo principal circular con una fachada rectangular. Ehécatl-Quetzalcóatl era el dios azteca del viento y uno de los Tlaloque, ayudantes de Tláloc encargados de repartir la lluvia por la tierra en vasijas. Al mismo tiempo era una divinidad punitiva, causante de las enfermedades, por lo que mostraba una dualidad de fuerzas. Es por ello que era un lugar de ofrenda y ceremonia, con sacrificios (decapitados, mutilados o cremados) constatados por varios centenares de cuerpos hallados en las excavaciones. Un importante número eran niños depositados en vasijas junto a figuras cerámicas, sacrificados para rogar por el fin de la sequía que asoló a la población entre el 1454 y el 1458.
Amantes de Tlatelolco
Cerca del templo de Ehécatl-Quetzalcóatl hay un área donde se hallaron cincuenta y cuatro cuerpos enterrados, probablemente prisioneros de del conflicto entre entre Tenochtitlan y Tlatelolco en el 1473 d. C. Dos de ellos se hallaron abrazados y pasaron a conocerse como “los amantes de Tlatelolco”.
Templo “M” o Calendárico
El nombre del Templo Calendárico proviene de los petroglifos tallados, aludiendo a las tres primeras trecenas del calendario prehispánico tonalpohualli, sistema por el que se regía la numeración de los días. Es el único de los templos menores con doble escalinata. El pintal mural hallado en 1989 en la fachada principal se trasladó al Tecpan, y muestra a la pareja creadora del tiempo, Cipactónal y Oxomoco.
Edificio “W” o El Palacio
El conjunto lo forman cuatro habitaciones de pequeñas dimensiones, distribuidas en dos en cada extremo del patio central. Además en el muro norte se conserva un altar. El religioso Fray Bernardino de Sahagún ya describía durante la conquista la distribución espacial del palacio. Se piensa que el edificio estaba asociado al dios Tláloc, divinidad de la fertilidad y la lluvia.
Templo “L” y “X” o de las Pinturas
Compuesto por dos edificios (X y L) se distinguen restos de murales en sus fachadas, tableros y en las estructuras que bordean y sostienen sus escalinatas.
Sorprende que diseño del talud-tablero es casi igual al que aparece en los templos rojos del recinto ceremonial de Tenochtitlan, por lo que la influencia teotihuacana es clara. Tres de las fachadas del Edificio L están rematadas con altorrelieves. Se piensa que estaba dedicado a Xochipili, dios de las flores, el baile, el canto y el ocio.
Templo Mayor tlatelolca etapa II
El Templo Mayor tlatelolca es la estructura de mayor tamaño. Las ruinas corresponden a su fase II y fue probablemente más alto que el de Tenochtitlan, con siete etapas constructivas bien diferenciadas. Se articula en una plataforma de tres cuerpos con amplias escalinatas partida en dos por alfardas centrales y laterales. Se dedicó a Huitzilopochtli, el “colibrí zurdo”, representación del sol. Pero también a Tlálov. Ambos disponían de zonas diferenciadas de adoración en la plataforma superior de la pirámide. En las fachadas laterales y posteriores aún se pueden ver los glifos tallados en la piedra.
Templo “I” o Gran Basamento
El Gran Basamento tiene una forma rectangular, y se construyó totalmente con cantera rosa, siendo el único completo de este material en las ruinas de Tlatelolco. Se ignora su uso, y se elucubra que pudo estar dedicado a la élite militar, pero si que se descubrieron algunos entierros humanos y una ofrenda de cantos rodados coloridos, muchos de ellos verdes. A su lado está el Templo “J”, de menor dimensión y materiales no tan suntuosos.
Altar Tzompantli del Norte
Es uno de los dos tzompantlis o altares de cráneos. Un glifo con forma de palma de mano permite diferenciarlo. En las excavaciones de 1963 se encontraron 170 cráneos, con perforaciones laterales (muy probablemente porque estaban atravesados por un madero o poste), y colocados en hileras mirando al sur.
Murallas
En el extremo norte del área arqueológica se conserva el límite del recinto sagrado, marcado por una muralla que en su día era de cuarenta metros de ancho, y en cuyo interior había aposentos de los sacerdotes encargados del cuidado de Tlatelolco.
La Caja del Agua
La Caja de Agua se construyó después de la caída de los mexicas, con el objetivo de suministrar agua potable a la República de Indios de Santiago Tlatelolco. Con la idea de “educar” sobre su uso, se acompañó de un mural pictográfico de grandes dimensiones. Se pueden observar escenas de la vida cotidiana de los habitantes de los grandes lagos de las antiguas ciudades de Mexico Tlatelolco y Mexico Tenochtitlan. La caja de agua fue clausurada durante la primera década del siglo XVII, y hoy se ha recuperado como testimonio arqueológico de una de las primeras obras hidráulicas de los conquistadores, armonizada con una temática prehispánica.
Museo
La visita a la zona arqueológica se debe combinar con el Museo de Sitio conocido como “La Caja de Agua”. Se encuentra en un extremo del Convento de Santa Cruz, contiguo al templo de Santiago Tlatelolco. El edificio conserva ejemplos de la cerámica y escultura en piedra de la antigua ciudad, y muestra el viejo aljibe le que da nombre. También se conservan restos del primer fresco que se pintó en 1536 en la Nueva España. El mural está considerado el primer testimonio de sincretismo mestizo de la Nueva España, con una alegoría de la vida cotidiana de los indígenas bajo el nuevo orden religioso.
En el Museo de Sitio de Tlatelolco podemos apreciar diferentes piezas halladas en las excavaciones, como el fragmento de un chacmool y una cabeza de tigre estilizada.
Iglesia de Santiago Tlatelolco
Tras la conquista de Cortés en 1521, se inciaron las obras de la futura iglesia de Santiago. Culminada en 1527, esta iglesia primigenia usó las piedras del Templo Mayor prehispánico. Los misioneros franciscanos se encargaron de la educación en la nueva religión, fundando el el Colegio de la Santa Cruz en Tlatelolco. Para 1540 la iglesia se reformó, ampliando a tres naves el edificio, y para 1585 se añadieron los anexos del hospital. Los cambios que proporcionaron la fisonomía actual son de 1610. Desamortizada con las leyes de Reforma, la iglesia sirvió como almacén y el convento como cárcel militar. Solo en la segunda mitad del siglo XX recuperó su uso religioso.
La Fachada norte que da al yacimiento es un claro ejemplo de la idea pragmática de los religiosos de acercar a la población indígena al culto católico, con escenas con referencias a la población prehispánica.
Tecpan
Se conserva poco del Tecpan, “Lugar de la Casa de piedra”, sede del control comercial que dirimía de las disputas mercantiles, y que además se encargaba de la recaudación de los impuestos o tributos que los tlatelolcas pagaban a Tenochtitlan tras perder la guerra en 1473. Tras la conquista, el Tecpan fue el palacio de Cuauhtémoc, gobernante de México y Señor de Tlatelolco, y más tarde sede de la imposición tributaria de los españoles. El Códice del Tecpan de Santiago Tlatelolco (1575-1581) permite conocer la remodelación del edificio. Solo se mantiene intacta la arcada de siete vanos ilustrada en el Códice Tlatelolco.
El Museo del Tecpan, en la sala Norte, conserva una de las obras murales realizadas por el muralista David Alfaro Siqueiros.
Información de la visita a la zona arqueológica
Horario: Abierto todos los días del año de 08:00 a 17:00 horas. Entrada libre. Cuota por cámara de video y profesional.
Cómo llegar a Tlatelolco
Las ruinas se encuentran en la Delegación Cuauhtémoc: en la esquina de las calles Ricardo Flores Magón al sur, Eje Central al norte y al oriente por Avenida Reforma. Podemos llegar con transporte público, a través de la estación Tlatelolco correspondiente a la Línea 3 del Metro, que es la más cercana. Si optamos por el Trolebús de sur a norte por Eje Central hasta la Avenida Flores Magón.
Dirección exacta
Eje Central Lázaro Cárdenas s/n, esquina con Flores Magón, Col. Nonoalco Tlatelolco, C.P. 6900, México, Ciudad de México