¿Qué es el Pin Parental? la iniciativa de educación sexual y de género
¿Qué es el Pin Parental? la iniciativa que podría prohibir la educación sexual y de género en Nuevo León, En enero de este año, el Diputado del Partido Encuentro Social (PES), Carlos Leal presentó una iniciativa de ley para incluir el ‘Pin Parental’. Una herramienta que busca que los padres aprueben o prohíban que sus hijos accedan a educación sexual en las escuelas.
Lo que se discute esta semana en el pleno del Congreso, para después votarse en aprobación o en contra es una reforma al Artículo 3 de la Constitución estatal.
De hecho, el Congreso emitió un comunicado este lunes. En él, explicó que la reforma busca unificarse con la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
Y no el controversial ‘Pin Parental’.
Se señaló que en los últimos días se ha difundido información errónea e interpretaciones diferentes a lo que se busca aprobar.
Sin embargo, esta supuesta información errónea ha sido difundida por colectivos feministas, LGBT y en pro de los derechos humanos.
Quienes señalan que esta reforma al Artículo 3 ‘daría pie’ a la creación del ‘Pin Parental’. Algo que el Congreso local negó categóricamente.
¿Qué es el Pin Parental?
Nuevo León está metido en un enredo social bárbaro. En las últimas semanas, el Congreso del estado norteño ha estado discutiendo varias iniciativas que modificarían completamente el panorama educativo y una de ellas —quizá la más controvertida— se llama Pin Parental. Involucra padres, hijos y escuelas… así que se imaginarán cómo ha levantado pasiones esta polémica iniciativa
¿En qué consiste? Es tan sencillo como polémico. El Pin Parental busca que los padres aprueben y revisen previamente todos los temas que se le enseñen a sus hijos.
Polémica iniciativa divide opiniones
Los enredos aparecen cuando te enteras que, de acuerdo a la iniciativa, la aprobación necesaria está enfocada en temas considerados “moralmente controvertidos”… o sea, los padres podrían decidir que sus hijos no reciban educación referente a la sexualidad, a la reproducción o al género.
Como si no fuera suficiente controversia, la iniciativa del Pin Parental se enfoca a todos los niveles educativos: primaria, secundaria y preparatoria.PUBLICIDAD
¿Qué dicen los que se oponen?
Las organizaciones ciudadanas que se oponen públicamente a la idea del Pin Parental no se andan con rodeos.
Básicamente, dicen que esta iniciativa es una violación al derecho humano de las niñas y los niños ha recibir educación. Y ya ni siquiera mencionemos las implicaciones que tienen en su desarrollo íntegro e informado respecto a la sexualidad y la reproducción.
¿Algunas consecuencias?
La iniciativa de #NoAlPinParental menciona que, de aprobarse esta medida, veremos muchas consecuencias de la falta de información como el incremento de enfermedades de transmisión sexual, embarazos adolescentes, violencia de género e intolerancia hacia las personas de la comunidad LGBT.
¿Qué dicen las personas a favor?
“Los hijos son de los padres, no del Estado”, mencionaba el activista a favor del Pin Parental, Gustavo Fernández en un video de Twitter.
Esa simple frase resume la postura de las personas que apoyan la iniciativa impulsada por Carlos Leal, diputado del Partido Encuentro Social (PES). Leal mencionaba que esta reforma busca darle a los padres la facultad de elegir la educación de sus chamacos.
Fundamentalmente, esta iniciativa está basada en la Declaración Universal de los Derechos Humanos —en su artículo 26— que menciona lo siguiente: “Los padres tendrán derecho preferente a escoger el tipo de educación que habrá de darse a sus hijos”.
¿Cuándo se vota el Pin Parental?
Ahí también sigue el desastre. La controversia no se le escapa ni a la fecha.
Los activistas en contra del Pin Parental mencionan que la iniciativa puede llegar al Congreso de Nuevo León esta semana y han impulsado un mensaje —”que no nos madruguen”— para que la reforma se anuncie antes de ser votada.
Carlos Leal, impulsor del Pin Parental mencionó que se votará hasta septiembre pues sigue en discusión.
El chiste es que son dos puntos fundamentalmente distintos de ver el papel de la educación en el futuro de los jóvenes mexicanos. La iniciativa del Pin Parental pone en tela de juicio la participación de los padres, las decisiones del Estado y los temas de inclusión y sexualidad que se discuten en las aulas nacionales.
¿Por qué podría implicar un retroceso en la educación sexual neolonesa?
Sin embargo, esta iniciativa no solo podría afectar a las clases o temas relacionados con educación sexual y reproductiva. “El texto del artículo 92.VI que se propone permite bloquear cualquier tipo de contenido de prácticamente cualquier actividad de las escuelas,” escribe Kalycho Escoffié para Animal Político. Escoffié, abogado y dirigente del Centro de Derechos Humanos de la Facultad Libre de Derecho de Monterrey, plantea la seria preocupación de que una iniciativa como esta podría abrir la puerta para que se controlen más aspectos de la educación, al otorgarle un poder de veto a las familias.
Esto nos hace plantearnos la pregunta, ¿a quién debe pertenecer la responsabilidad de la educación y a quién debe beneficiar? Pero sobre todo, como lo plantea Escoffié, ¿a quién pertenece la niñez de Nuevo León? La educación de los niños empieza en casa, a través de los padres de familia o tutores. La idea del pin parental, como la plantean sus promotores, es proteger a los menores de edad de información sensible para la cual quizás no estarían listos, de acuerdo al juicio de los padres. Sin embargo, negar el acceso a la información, en este caso, a la educación sexual, o de cualquier otro rubro del conocimiento, ¿realmente servirá al propósito de proteger a los hijos?
Sin duda, este tipo de temas sensibles idealmente deberían aprenderse en casa, a través de la familia. Sin embargo, las estadísticas son difíciles de ignorar. En Nuevo León, alrededor de un tercio de los bebés nacidos en 2017 fueron de madres adolescentes, con madres primerizas tan jóvenes que no pasaban de los 10 años. Nuevo León también se posiciona como el cuarto estado con mayor número de embarazos en mujeres menores de 20 años, de acuerdo con datos del Grupo Estatal para la Prevención del Embarazo Adolescente 2017. Además, México es el primer lugar en abuso infantil, con 4.5 millones de casos de abuso infantil al año.
La necesidad de una educación sexual integral que ayude a prevenir embarazos juveniles, abuso sexual infantil y otros severos problemas relacionados es apremiante. La educación sexual y reproductiva, sin duda, debería incluir también la participación de madres y padres, pero también es crítico analizar si participación debería darse en la forma específica que esta iniciativa plantea.
Si problemáticas tan serias como embarazos juveniles e infantiles siguen sucediendo de una forma tan generalizada, quizás la respuesta no sea poner un pin para detener el acceso a la información, sino crear puentes de comunicación entre instituciones educativas y las familias para asegurar que las niñas y los niños reciban la información que necesitan oportunamente, no necesariamente cuando un currículum lo dicte, o cuando un padre o madre así lo desee.