Desde las siete de la mañana, de forma peatonal ingresaban uno a uno los aspirantes formando una fila india para conservar la sana distancia, todos llevaban cubre bocas, otros con careta o incluso googles; personal y estudiantes de áreas médicas tomaban la temperatura en cada uno de los diez carriles de accesos, les aplicaban gel antibacterial en las manos y les rociaban líquido desinfectante en la ropa y calzado.
Con el mismo ritmo avanzaron hasta la Facultad que les correspondía en donde había otro filtro con toma de temperatura y aplicación de gel; ahí el personal les indicaba el salón al que debían ingresar y el cual no debía rebasar los 23 aspirantes al interior para que las butacas tuvieran una distancia de metros entre una y otra.
“Los jóvenes fueron citados desde las 6:30 de la mañana pero comenzaron a llegar a las cinco, no se permitió el acceso a autos particulares sola las unidades de la ruta 1 y 13 porque son las que usan los jóvenes en su mayoría. Al ingresar, pasaron por los carriles de filtro sanitario y se dirigieron a su sedes correspondientes en donde se les aplicó otro filtro sanitario; tenemos operativo en las sedes también de la Facultad de Medicina, la de Enfermería, de Nutrición, de Comunicación Humana, Preparatoria 1, Preparatoria 2, en la Facultad de Estudios Superiores de Cuautla y en la zona sur en Puente de Ixtla”, explicó Ubaldo González Carretes, Coordinador de PC interna.
Por su parte, el Coordinador de Asistencia detalló que en la puerta dos también se instaron ocho carriles de filtros sanitarios.
El despliegue de personal y alumnos en las 17 sedes fue de 500 personas para los dos días y los dos turnos en que se aplicó el examen de admisión. Por fuera y en los alrededores de las aulas, personal de Protección Civil de la propia universidad se aseguraba que cada aspirante cumpliera con las medidas sanitarias antes del ingreso. En las aulas la tensión era evidente entre el personal y los aspirantes por la carga de estrés que implica evitar salir contagiado de Covid-19.