La reforma constitucional rusa, que permite al presidente Vladímir Putin optar por otros dos mandatos y allanar el camino para su posible permanencia en el poder mas allá de 2024, obtuvo el apoyo del 77,92 % de los ciudadanos en el plebiscito del 1 de julio, según informó este jueves la Comisión Electoral Central de este país.
La reforma constitucional rusa, que permite al presidente Vladímir Putin optar por otros dos mandatos y allanar el camino para su posible permanencia en el poder mas allá de 2024, obtuvo el apoyo del 77,92 % de los ciudadanos en el plebiscito del 1 de julio, según informó este jueves la Comisión Electoral Central de este país.

Vladimir Putin con el 77,9% de apoyo podrá mantenerse hasta 2036

Vladimir Putin con el 77,9% de apoyo podrá mantenerse hasta 2036, El 77,92% de los ciudadanos rusos han votado en el referéndum en Rusia a favor de las enmiendas a la Constitución que permitirán al presidente del país, Vladimir Putin, mantenerse en el cargo hasta el año 2036, según ha informado la Comisión Electoral Central de Rusia con la totalidad de los votos escrutados, como recoge Europa Press.

Con el recuento completado, la Comisión Electoral rusa ha señalado que el 77,92% de las papeletas han sido a favor de las enmiendas constitucionales y el 21,27% han sido en contra de las reformas de la Carta Magna, según recoge la agencia de noticias rusa Sputnik. 

El centro de supervisión de la consulta en Moscú ha informado previamente de que en la capital rusa se han registrado unas "mínimas infracciones" pero ha subrayado que la votación se ha desarrollado con normalidad.

El presidente del país, Vladimir Putin, ha votado este miércoles en el colegio electoral número 2.151, situado en la Academia de Ciencias de Rusia, en el mismo en el que suele votar en los diferentes comicios que se celebran en el país.

El proceso de votación del referéndum constitucional comenzó el 25 de junio y ha terminado este miércoles en un momento en el que el país sigue registrando más de 6.000 casos de coronavirus al día y acumula más de 654.000 personas contagiadas y más de 9.500 muertos.

El referéndum constitucional, una votación clave para el futuro de Putin, estaba inicialmente convocado para el 22 de abril pero las autoridades se vieron obligadas a suspenderlo por la pandemia del nuevo coronavirus.

Las enmiendas a la Constitución de Rusia establecen los nuevos requisitos que deberá cumplir el presidente del país, los miembros del Gobierno y del Parlamento y los altos cargos relacionados con la soberanía y la seguridad nacional.

Entre otras cuestiones, las reformas constitucionales modifican las funciones del Ejecutivo y del poder legislativo, prohíben expresamente la secesión de los territorios que integran Rusia y fijan el límite máximo de dos mandatos presidenciales de seis años, salvo para el actual mandatario.

Para que sean aprobadas, las reformas constitucionales deberán ser ratificadas por los ciudadanos rusos en referéndum. Putin, de 68 años, está completando su segundo y a priori último mandato consecutivo, que termina en 2024, tras haber ejercido previamente el cargo entre 2000 y 2008, cuando pasó el testigo a Dimitri Medvedev y él se convirtió en primer ministro.

Vladimir Putin con el 77,9% de apoyo podrá mantenerse hasta 2036

Casi el 78% de los votantes en Rusia ha aprobado las enmiendas constitucionales que permitirán al presidente, Vladimir Putin, seguir en el poder hasta 2036, según dijeron el jueves las autoridades electorales una vez contados todos los votos. Los críticos del Kremlin afirmaron que las elecciones habían sido amañadas.

En la semana de votaciones concluida el miércoles, el 77,9% votó a favor de los cambios y el 21,3% votó en contra, unas vez contabilizadas el 100% de las circunscripciones el jueves por la mañana, según la Comisión Electoral Central rusa. La participación superó el 64%, según las autoridades.

Las cifras suponen el mayor nivel de apoyo a Putin en 10 años. En las elecciones presidenciales de 2018, el 76,7% de los votantes apoyaron su candidatura, mientras que en las de 2012 sólo lo hizo el 63,6%.

Sin embargo, los detractores del Kremlin afirmaron que simplemente las cifras demostraban que los resultados eran falsos, con una tasa de aprobación poco realista para el mandatario dada la frustración generalizada en Rusia por el descenso del nivel de vida.

“Se ha batido un récord en falsificación de votos en Rusia”, escribió el jueves en Facebook el opositor Alexei Navalny. “El resultado anunciado no tiene absolutamente nada que ver con la opinión de la gente”.

Irregularidades

El Ministerio del Interior informó ayer de más de 800 denuncias de irregularidades, aunque agregó que ninguna tuvo entidad suficiente como para influir en los resultados electorales.

No es la opinión de la oposición y de organizaciones como Golos, que velan por los derechos de los electores. En su opinión, ni los observadores, ni los miembros independientes de las comisiones electorales pudieron controlar el desarrollo de la votación.

Militares, entre cuyas filas votó casi el 100 % de sus miembros, según Defensa; sanitarios y profesores; funcionarios y trabajadores del metro y de la construcción; empleados de fábricas y de empresas con contratos estatales fueron todos obligados a votar, según denunció la oposición y la prensa independiente.

Con todo, pese a las presiones y la gran propaganda en favor del “si”, la participación electoral se quedó en el 65%.

La pandemia y la prohibición de hacer campaña, dejó fuera de juego a la oposición, que se dividió entre los llamamientos a votar en contra, a boicotear la votación y al no reconocimiento de los resultados de la consulta.

Los comunistas fueron el único partido con representación parlamentaria que rechazaron la reforma constitucional, pero ante la imposibilidad de celebrar actos de protesta debido a la pandemia del nuevo coronavirus, se conformaron con denunciar el riesgo que suponía celebrar una votación cuando Rusia es el tercer país del mundo en número de contagios.

Si hace un año Moscú fue escenario de las mayores protestas antigubernamentales en casi una década, unos pocos cientos de activistas se concentraron ayer en la plaza Pushkin de Moscú y grupos pequeños se reunieron en San Petersburgo y Nizhni Nóvgorod.

El único atisbo de rebeldía fueron los sondeos alternativos a pie de urna realizados por la plataforma “Niet” (No) en Moscú y San Petersburgo, las dos principales ciudades del país, donde casi la mitad de los votantes rechazó las enmiendas, según datos de este movimiento.

Aunque se votaban más de 200 enmiendas, los rusos fueron llamados a las urnas a aprobarlas todas en paquete, lo que difuminó la reforma en lo que en la práctica ha sido un referendo sobre la figura de Putin, cuya popularidad se encuentra en su momento más bajo desde que asumiera el poder, hace dos décadas.

Con la excepción de la enmienda que permite a Putin ejercer un quinto y sexto mandato presidencial, el resto de reformas constitucionales son cosméticas, según los analistas.

Reformas

Las reformas más comentadas son la indexación anual de las pensiones o el salario mínimo por encima del mínimo de subsistencia, la existencia de Dios, la prioridad de la legislación nacional sobre el derecho internacional, la defensa del matrimonio heterosexual o que Rusia es heredera de la Unión Soviética.

La votación escenificó claramente la escisión generacional existente en Rusia, ya que los más mayores apoyaron sin titubeos la reforma constitucional, es decir, la permanencia de Putin en el poder, mientras los jóvenes la rechazaron abiertamente.

Esto fue especialmente evidente en las grandes ciudades, en la que las nuevas generaciones ven a Putin como el representante del estancamiento, tanto económico como ideológico.

“Estoy en contra de zares absolutistas. Necesitamos alternancia. No conozco a nadie que quisiera apoyar la reforma constitucional”, comentó Maxim, un abogado de 26 años.

Esto se notó en la votación electrónica, opción que solo estuvo al alcance de los votantes de Moscú y Nizhni Nóvgorod, ya que en torno al 40% votó en contra.

En cambio, para los pensionistas Putin representa la sagrada estabilidad, es decir, la ausencia de cataclismos políticos, la seguridad ciudadana y el pago a tiempo de las pensiones.

“Putin es el primer dirigente ruso del que no me avergüenzo. Y que conste que tengo 80 años. He vivido bajo dirigentes que bebían mucho o estaban ya mentalmente enfermos”, señaló Svetlana, una moscovita de 80 años.

Emite su voto

El presidente de Rusia, Vladímir Putin, votó ayer en uno de los colegios electorales de Moscú en la jornada decisiva del plebiscito constitucional que permitirá al jefe del Kremlin mantenerse en el poder.

El lugar de siempre

Al igual que hace siempre desde que asumió las riendas del país en 2000, Putin eligió para depositar su voto el colegio electoral habilitado en la sede de la Academia de las Ciencias de Rusia, en la capital rusa.

Sin declaraciones

El mandatario ruso, que no llevaba mascarilla y guantes, optó por no hacer declaraciones a los medios a los que se permitió acompañarle.

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