En la grabación se observa cómo dos hombres hacen varias figuras con telas blancas. “Nos dimos cuenta de que se comunicaban así”, enfatizó el mandatario, según el reporte de RT.
En la grabación se observa cómo dos hombres hacen varias figuras con telas blancas. “Nos dimos cuenta de que se comunicaban así”, enfatizó el mandatario, según el reporte de RT.

En Video Bukele muestra a pandilleros comunicando órdenes al exterior

En la grabación, se observa cómo dos hombres hacen varias figuras con telas blancas. “Nos dimos cuenta de que se comunicaban así”, enfatizó el mandatario. Bukele explicó que, de esta manera, se informaba a los presos que van a salir libres de las órdenes para las acciones que realizarán en el exterior de las cárceles.

Así, ofreció como ejemplo el caso de un cabecilla de pandilla que había sido apresado durante la ‘Operación jaque’, que se realizó en julio de 2016 en el país centroamericano. Este hombre, que fue condenado a 175 años de prisión, salió en libertad el jueves de la semana pasada, “por una apelación”, contó el mandatario.

“Justo el día siguiente, comenzaron los homicidios”, enfatizó Bukele, al referirse al violento fin de semana que vivió el país recientemente, con cerca de 60 asesinatos registrados, en medio de la pandemia del coronavirus, por la cual rigen medidas de confinamiento y otras restricciones en El Salvador.

Con esta explicación y la publicación de la grabación, Bukele justificó su decisión de, dentro de la “emergencia máxima” decretada en las cárceles, sellar “todas las celdas de pandilleros”. Esta medida, según explicó, no evita que “el sistema judicial los deje libres”, pero al menos impide “que lleven información de otras celdas”.

Celdas selladas

Con esta explicación y la publicación de la grabación, Bukele justificó su decisión de, dentro de la "emergencia máxima" decretada en las cárceles, sellar "todas las celdas de pandilleros". Esta medida, según explicó, no evita que "el sistema judicial los deje libres", pero al menos impide "que lleven información de otras celdas".

"De ahora en adelante, todas las celdas de pandilleros en nuestro país, permanecerán selladas. Ya no se podrá ver hacia afuera de la celda. Esto evitará que puedan comunicarse con señas hacia el pasillo. Estarán adentro, en lo oscuro", dijo el mandatario.

La medida ya se puso en marcha, pese a las críticas de organismos de derechos humanos, como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), que señaló que esto "pone en riesgo los derechos de personas privadas de libertad".

Bukele, además, advirtió a los pandilleros que las fuerzas de seguridad seguirán trabajando para su captura y aquel que oponga resistencia "será abatido con fuerza proporcional y posiblemente letal".

Al respecto, informó que la Policía Nacional Civil de El Salvador ha capturado a un buen número de los que cometieron y ordenaron los homicidios. "Vamos a parar los homicidios. Se los prometo", expresó en otro mensaje.

Otra medida que han tomado las autoridades carcelarias de este país centroamericano ha sido la de mezclar en una misma celda a miembros de diferentes pandillas.

"En este Gobierno no habrá beneficios y privilegios para ningún miembro de estructura criminal", declaró el director general de centros penales, Osiris Luna. 

En Video Bukele muestra a pandilleros comunicando órdenes al exterior

Bukele autoriza a la policía a matar pandilleros en El Salvador tras un sangriento fin de semana

El repunte de la violencia enfureció al mandatario que anunció un paquete de medidas si apartarse de su particular estilo: a través de una cascada de tuits la noche del domingo en los que mezclaba instrucciones a sus funcionarios, órdenes a los soldados, llamativas fotos de las cárceles, algo de coronavirus y ataques a la oposición. “Las maras están aprovechando que casi la totalidad de nuestra fuerza pública está controlando la pandemia. Tendremos que mover recursos para combatirlos”, escribió al anunciar que desde ahora, permitirá a la policía matar pandilleros si cree que alguna vida está en riesgo.

Bukele tomó la decisión sin mucha posibilidad de llevarle la contraria, con el país confinado y una oposición descompuesta a la que desprecia. Desde que hace diez meses llegó al poder, el presidente con mayor apoyo popular del continente ha impuesto un tono autoritario y teatrero que le llevó a tomar en febrero la Asamblea rodeado de soldados. Bukele tiene minoría en la Asamblea y no ha podido sacar adelante algunos de sus proyectos de “mano dura”. Aunque dentro de diez meses habrá elecciones legislativas, el telegénico mandatario ha elegido la estrategia de la tensión permanente que le garantiza la popularidad necesaria para arrasar en febrero.

Uno de sus programas estrella, el ‘Plan de control territorial’ con el que ha desplegado miles de soldados y ha logrado bajar la violencia a niveles inimaginables hace una década, cuando El Salvador era el país más homicida del mundo, sufrió un duro golpe el fin de semana. Las pandillas, con casi 70.000 miembros, decidieron echar un pulso al mandatario poniendo 40 muertos en la mesa y evidenciando el poder de fuego que mantienen, con capacidad para pisar a su antojo el acelerador de la violencia.

Bukele respondió golpeando donde más duele, en las cárceles. “Se acabaron las celdas de una misma pandilla, hemos mezclado a todos los grupos terroristas en la misma celda, en todas las cárceles de El Salvador”, anunció el domingo su Jefe de prisiones. El equipo de Bukele apunta a los cabecillas que están en prisión como los responsables de ordenar a los pandilleros del exterior aumentar los homicidios, aprovechando que el Ejército y la policía están desplegados tratando de obligar a la población, que vive o trabaja mayoritariamente en la calle, a estar en casa.

Para los expertos, la matanza responde a una decisión unilateral de la Mara Salvatrucha (MS-13) por volver a matar y disparar las cifras de asesinatos a escala nacional. No hay evidencias de que las otras dos pandillas (18-Revolucionarios y 18-Sureños) se hayan sumado a los ataques, escribió el periodista Roberto Valencia en Twitter.

La decisión sobre las cárceles podría alterar el equilibrio actual de la violencia, ya que supondría un intento del Estado por recuperar el control de las cárceles, donde hay casi 13.000 pandilleros, desde que hace dos décadas se decidió entregar el control a las maras en busca de la pacificación.

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