La Casa de las Flores es una gran carcajada contra los prejuicios que atrapan aún a México, a pesar de los avances que ha dado este país en materia social. También es una risotada contra la doble moral de su clase alta, muy poderosa, racista y clasista. La homosexualidad, las drogas, el travestismo, la infidelidad, los hijos nacidos fuera del matrimonio, la prostitución, las fortunas surgidas de forma cuestionada. “Me lo paso increíble haciendo esta serie”, dice Caro. “Me gusta burlarme de todo, incluso de mí mismo, de la realidad, de la doble moral mexicana, porque todos sabemos que tenemos doble moral y eso es un gancho en la serie. Hay un humor muy negro que toca temas que se pueden profundizar. Es un proyecto muy libre, desenfadado, con ataques de risa interminables”.