La popular y eterna "Hermione", de Harry Potter, Emma Watson, llega este día en plena cuarentena a los 30 años, increíble para muchos. La británica celebrará en el aislamiento por la pandemia del coronavirus.
La popular y eterna "Hermione", de Harry Potter, Emma Watson, llega este día en plena cuarentena a los 30 años, increíble para muchos. La británica celebrará en el aislamiento por la pandemia del coronavirus.

Emma Watson cumple 30 años de estrella infantil a implacable activista

Han pasado ya casi dos décadas desde que conocimos a Emma Watson como Hermione, la fiel e inteligente amiga de Harry Potter en la saga de películas que llevó a la pantalla los libros de J.K. Rowling. Sin duda, Harry Potter supuso un antes y un después en su vida, pero Emma siempre ha tenido claro que ella quería ser algo más que la actriz que interpretó a Hermione Granger. No renunció a la universidad, sino que consiguió intercalar sus estudios con su carrera en el mundo de la interpretación y la moda. Hoy cumple 30 años y lo hace convertida en una actriz de renombre, una reconocida activista y un auténtico icono para su generación.

Más que por arte de magia, lo logró, no sólo por su versatilidad actoral, sino por su trabajo como feminista y altruista, decisiones que la han catapultado como un ícono de la industria del entretenimiento con tan sólo 30 años, que el miércoles celebra.

Nacida en París en 1999, de padres británicos, Watson se mudó a Inglaterra, donde a los nueve años fue elegida durante un casting escolar para formar parte de la mágica historia de J.K. Rowling. La primera de ocho películas de la franquicia, Harry Potter y la Piedra Filosofal, llegaría a las pantallas dos años después para conquistar el mundo.

Toda esa década del nuevo milenio fue absorbida por la saga, que completó ocho películas.

Luego, decidió hacer una pausa y refugiarse de la fama en sus estudios de Literatura en la Universidad de Brown, en Estados Unidos.

Para 2012, su larga cabellera había desaparecido. Y así lució en su primer protagónico fuera de la saga mágica, en Las Ventajas de Ser Invisible, donde interpreta a una extrovertida adolescente.

Emma Watson de estrella infantil a implacable activista

Hija de padres abogados, Watson nació en París en el seno de una familia acomodada. En la capital francesa vivió hasta los cinco años, edad en la que sus padres se divorciaron y ella se fue a vivir a Oxford con su madre y su hermano mayor. Su pasión por la actuación comenzó a los seis años, cuando decidió compaginar sus estudios con clases de teatro en una reputada escuela. Fue una de sus profesoras quién la animó a apuntarse al casting para participar en la adaptación cinematográfica de la novela Harry Potter y, desde entonces, ha coprotagonizado las ocho entregas de la saga.

De lejos, Watson es la que más éxito ha tenido en comparación con el resto de sus compañeros, concretamente con los dos actores masculinos, Daniel Radcliffe (Harry Potter) y Rupert Grint (Ron Weasley), con los que conformaba el trío de magos más aplaudido por los jóvenes. Pero según han ido pasando los años ha sido su lado más humano y, especialmente su compromiso con el feminismo, lo que ha terminado de cautivar a todo el público. Nombrada embajadora de la ONU Mujeres en 2014, Watson es una férrea defensora de la igualdad de género. Ha creado la iniciativa He For She, un ambicioso proyecto que pretende involucrar a los hombres en la lucha por dicha igualdad y, además, romper con los estereotipos sociales asociados a hombres y mujeres. Una presión que ella misma ha sentido precisamente en estos últimos meses, de cara a su 30 cumpleaños. “Si no has construido un hogar, no te has casado, no tienes un bebé o aún estás descubriendo cosas por tu cuenta, no tienes nada seguro en una edad en la que se supone que ya deberías tenerlo. Esto genera ansiedad”, ha reconocido la actriz sobre las presiones sociales en una reciente entrevista con la edición británica de la revista Vogue.

En 2014 terminó la carrera de Literatura Inglesa y en 2016 decidió tomarse un año sabático de la actuación para buscar su desarrollo personal y aprender más sobre género y activismo. Pero ser un icono feminista no siempre le ha traído cosas buenas. En 2017 fue duramente criticada debido unas imágenes suyas para la portada de la edición estadounidense de Vanity Fair en las que salía con el torso semidesnudo, motivo por el que fue acusada de no cumplir con sus ideales. “No entiendo qué tienen que ver mis pechos con el feminismo”, respondió la actriz de inmediato. “El feminismo va sobre dar poder de elección a las mujeres. El feminismo no es un palo con el que golpear a otra mujer. Es libertad, liberación, igualdad”, añadió en su alegato.

Su interés por los más desfavorecidos y la determinación de luchar por las causas justas la asemejan bastante al personaje que interpretó durante su infancia y adolescencia en Harry Potter. Es uno de los rostros más visibles en las campañas por el medio ambiente —promociona una moda sostenible con sus estilismos en las alfombras rojas—, reivindica la desigualdad salarial en Hollywood y no duda en estar en la primera línea cuando se trata de luchar contra el acoso. En 2018, llegó a donar más de un millón de euros para lanzar un fondo destinado a las víctimas de acoso o abusos sexuales en la industria del cine en Inglaterra en la iniciativa Jusitice and Equiality Found (fondo para la justicia y la igualdad), que surgió como respaldo al movimiento estadounidense Time’s Up.

Emma Watson, que también ha dado el salto a la moda como modelo de marcas como Channel, Bruberry o Lancôme y ha posado para el Calendario Pirelli 2020, se convirtió el año pasado en una de las cinco mujeres más admiradas del mundo, según la firma internacional de investigación de mercados y análisis de datos YouGov. Aunque en la quinta posición, a sus entonces 29 años, Watson compartió dicho título con Michelle Obama y Oprah Winfrey en el primer y segundo lugar, respectivamente, seguidas de Angelina Jolie y la reina Isabel II de Inglaterra. Ahora, al cumplir los 30 sigue siendo un modelo a seguir para su generación y las generaciones venideras.